ACTITUD DEL ACADÉMICO HACIA LA PROMOCIÓN DE LA LEY DE SERVICIO COMUNITARIO DEL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO
El hecho educativo se ha concebido como un proceso orientado a modificar el comportamiento humano, de manera que su intencionalidad tienda al desarrollo de los individuos con el objeto de capacitarlos para su inserción y adaptación social.
La concepción profesional del académico en el marco social, debería conformar la clave fundamental para el diseño de un modelo educativo significativo, cónsono con la realidad sociocultural de los miembros de cada comunidad. La Ley hace énfasis en que la participación comunitaria es más que contribuir con trabajo o suministros. Es participar en la toma de decisiones para elegir un proyecto comunitario, planificarlo, implementarlo, gestionarlo, supervisarlo y controlarlo. Es establecer que las decisiones que afectan a la comunidad se deben tomar entre todos los miembros de la comunidad y no sólo entre unos pocos.
El marco educativo se encuentra en continua evolución dado que las demandas sociales varían y modifican las pretensiones en el entorno de la institución. Debido a que las necesidades sociales que demanda una Educación en valores y una apuesta importante hacia las actitudes, el académico debe llegar a estas pretensiones por medio del currículo. La metodología del aprendizaje y el servicio comunitario se definen como servicios solidarios desarrollados por los estudiantes con la finalidad de relacionarse con la realidad de su comunidad, con problemáticas sociales, ambientales pero consideradas como objetos de estudio.
Un buen proyecto de aprendizaje y servicio comunitario requiere tomarse el tiempo necesario para efectuar un diagnóstico participativo de la realidad, para escuchar a interlocutores válidos de la comunidad a la que se va entender, y exige desarrollar la capacidad de escuchar y de empatía necesarias como para identificar las demandas prioritarias y efectivamente sentidas por la comunidad. La calidad del servicio brindado puede ir creciendo gradualmente. Lo fundamental es que desde el principio sean los estudiantes quienes participen del diagnóstico, planteamiento, ejecución y evaluación del proyecto y por mas simple y acotado que sea el proyecto, que les permita hacer algo real a favor de individuos concretos, dirigidos siempre por el académico. Los servicios comunitarios bien programados apuntan a que los estudiantes aprendan más contenidos científicos, ya que desarrollan más competencias lingüísticas y comunicacionales.
La concepción profesional del académico en el marco social, debería conformar la clave fundamental para el diseño de un modelo educativo significativo, cónsono con la realidad sociocultural de los miembros de cada comunidad. La Ley hace énfasis en que la participación comunitaria es más que contribuir con trabajo o suministros. Es participar en la toma de decisiones para elegir un proyecto comunitario, planificarlo, implementarlo, gestionarlo, supervisarlo y controlarlo. Es establecer que las decisiones que afectan a la comunidad se deben tomar entre todos los miembros de la comunidad y no sólo entre unos pocos.
El marco educativo se encuentra en continua evolución dado que las demandas sociales varían y modifican las pretensiones en el entorno de la institución. Debido a que las necesidades sociales que demanda una Educación en valores y una apuesta importante hacia las actitudes, el académico debe llegar a estas pretensiones por medio del currículo. La metodología del aprendizaje y el servicio comunitario se definen como servicios solidarios desarrollados por los estudiantes con la finalidad de relacionarse con la realidad de su comunidad, con problemáticas sociales, ambientales pero consideradas como objetos de estudio.
Un buen proyecto de aprendizaje y servicio comunitario requiere tomarse el tiempo necesario para efectuar un diagnóstico participativo de la realidad, para escuchar a interlocutores válidos de la comunidad a la que se va entender, y exige desarrollar la capacidad de escuchar y de empatía necesarias como para identificar las demandas prioritarias y efectivamente sentidas por la comunidad. La calidad del servicio brindado puede ir creciendo gradualmente. Lo fundamental es que desde el principio sean los estudiantes quienes participen del diagnóstico, planteamiento, ejecución y evaluación del proyecto y por mas simple y acotado que sea el proyecto, que les permita hacer algo real a favor de individuos concretos, dirigidos siempre por el académico. Los servicios comunitarios bien programados apuntan a que los estudiantes aprendan más contenidos científicos, ya que desarrollan más competencias lingüísticas y comunicacionales.
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